D I O S
DIÓCESIS DE NEIVA
PARROQUIA DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD
NEIVA - COLOMBIA
PRESENTACIÓN:
“Si
ahondamos por la oración en el Misterio de la Santísima Trinidad, comenzaremos
a comprender que “toda la vida del hombre está puesta a buen recaudo en un amor
eterno. Al llevarnos Jesús al Padre y llenarnos de su Espíritu, quedamos
envueltos en un misterio de amor. La más eminente gloria de Dios se muestra en
que podemos ser familiares suyos.
La
enseñanza religiosa en los primeros años, como en la preparación para la
primera comunión, fija la atención sobre todo en el Hijo, quien nos habla del
Padre y ama al Padre. En Pentecostés se habla del Espíritu Santo que envían
Jesús y el Padre; pero sólo después de varios años de catequesis se emplea el
término “trinidad”.
Todo
el Catecismo de la Iglesia Católica habla del Padre, del Hijo y del Espíritu
Santo. Así, cuando se habla de Jesús de Nazaret se comenta su obediencia a la
voluntad del Padre, su pasión y su gloria en Dios. Su destino significa y
contiene el eterno amor entre el Padre y
el Hijo. El Padre y el Hijo envían al Espíritu a este mundo, el Espíritu que es
uno con el Padre (1 Corintios 2, 10) y un solo con el Hijo (2 Corintios 3, 17),
el amor personal entre el Padre y el Hijo, como lo simbolizó la paloma que
descendió sobre Jesús mientras se oía: “Éste es mi Hijo amado” (Marcos 1, 10).
El mensaje de la Sagrada Escritura nos enseña tan claramente la distinción del
Padre, del Hijo y del Espíritu Santo y
al mismo tiempo su divina unidad, que no podemos sino confesar la fe en un solo
Dios en tres Persona.”
Con
esta novena, expresión de una madura devoción popular, no se quiere abarcar la
inmensidad del misterio de Dios Uno y Trino; sólo se busca un poco más de
acercamiento a Él desde la oración, para lo cual, cada día, a partir de un
texto bíblico, se propone una corta reflexión acerca de un atributo de Dios.
Entonces, sigamos en Camino con Dios.
En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
AMÉN.
En un momento de silencio, con fe y
esperanza, y desde lo profundo del corazón presentémosle al
Señor nuestras intenciones al orar con esta Novena.
(Momento de silencio)
Y animados por su infinita bondad hacemos
profesión de nuestra Fe en el Dios Uno y Único:
CREO EN DIOS,
Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor,
que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo,
nació de Santa María Virgen,
padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado,
muerto y sepultado, descendió a los infiernos,
al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos
y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso.
Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica,
la comunión de los santos, el perdón de los pecados,
la resurrección de la carne y la vida eterna.
Amén.
(San Juan Pablo II)
Él se ha hecho nuestro compañero de viaje y ha dado nuevo significado a la
historia, que es un camino hecho juntos, en el trabajo y en el sufrimiento, en
la fidelidad y en el amor, hacia aquellos cielos nuevos y hacia aquella tierra
nueva, en la que Tú, vencida la muerte, serás todo en todos.
¡Alabanza y gloria a Ti, Trinidad Santísima, único y sumo Dios!
Haz, Padre, que por tu gracia estos días sean un tiempo de conversión profunda y de alegre
retorno a Ti; concédenos que sea un tiempo de reconciliación entre los hombres
y de redescubierta concordia entre las naciones; tiempo en el que las lanzas se
truequen en hoces, y al fragor de las armas sucedan cantos de paz. Concédenos,
Padre, vivir dóciles a la voz del Espíritu, fieles en el seguimiento de Cristo,
asiduos en la escucha de la Palabra y en la asiduidad a las fuentes de la
gracia.
¡Alabanza y gloria a Ti, Trinidad Santísima, único y sumo Dios!
Sostén, Padre, con la fuerza del Espíritu, el empeño de la Iglesia en favor
de la nueva evangelización y guía nuestros pasos por los caminos del mundo para
anunciar a Cristo con la vida, orientando nuestra peregrinación terrena hacia
la Ciudad de la luz. Haz, Padre, que brillen los discípulos misioneros de tu
Hijo por su amor hacia los pobres y oprimidos; que sean solidarios con los
necesitados, y generosos en las obras de misericordia, e indulgentes con los
hermanos para obtener ellos mismos de Ti indulgencia y perdón.
¡Alabanza y
gloria a Ti, Trinidad Santísima, único y sumo Dios!
Haz, Padre, que los discípulos misioneros de tu Hijo, purificada la memoria
y reconocidas las propias culpas, sean una sola cosa, de suerte que el mundo
crea. Otorga que se dilate el diálogo entre los seguidores de las grandes
religiones, de suerte que todos los hombres descubran la alegría de ser tus
hijos.
¡Alabanza y
gloria a Ti, Trinidad Santísima, único y sumo Dios!
Haz que a la voz suplicante de María, Madre de las gentes, se unan las
voces orantes de los apóstoles y de los mártires cristianos, de los justos de
todo pueblo y de todo tiempo, para que este momento de gracia sea para todos y
para la Iglesia, motivo de renovada esperanza y de júbilo en el Espíritu.
¡Alabanza y gloria a Ti, Trinidad Santísima, único y sumo Dios!
A Ti, Padre omnipotente, origen del cosmos y del hombre, por Cristo, el
Viviente, Señor del tiempo y de la historia, en el Espíritu que santifica el
universo, la alabanza, el honor, la gloria, hoy y en los siglos sin fin. Amén
C.
LECTURA BÍBLICA
CORRESPONDIENTE AL DÍA.
E.
GOZOS
(Himno Liturgia de las Horas, Vísperas de la Solemnidad de la Santísima Trinidad.)
Ángeles y
Serafines,
Arcángeles y querubines
Dicen Santo, Santo,
Santo.
¡Dios mío, Trinidad a quien adoro!,
La Iglesia nos sumerge en tu misterio;
te confesamos y te bendecimos,
Señor Dios nuestro.
La Iglesia nos sumerge en tu misterio;
te confesamos y te bendecimos,
Señor Dios nuestro.
Como un río en el mar de tu grandeza,
el tiempo desemboca en hoy eterno,
lo pequeño se anega en lo infinito,
Señor, Dios nuestro.
el tiempo desemboca en hoy eterno,
lo pequeño se anega en lo infinito,
Señor, Dios nuestro.
Oh, Palabra del Padre, te escuchamos;
Oh, Padre, mira el rostro de tu Verbo;
Oh, Espíritu de amor, ven a nosotros;
Señor, Dios nuestro.
Oh, Padre, mira el rostro de tu Verbo;
Oh, Espíritu de amor, ven a nosotros;
Señor, Dios nuestro.
Ángeles y
Serafines,
Arcángeles y querubines
Dicen Santo, Santo,
Santo.
haced de nuestras almas vuestro cielo,
llevadnos al hogar donde tú habitas,
Señor, Dios nuestro.
Ángeles y
Serafines,
Arcángeles y querubines
Dicen Santo, Santo,
Santo.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu:
Fuente de gozo pleno y verdadero,
al Creador del cielo y de la tierra,
Señor, Dios nuestro. Amén.
Fuente de gozo pleno y verdadero,
al Creador del cielo y de la tierra,
Señor, Dios nuestro. Amén.
Ángeles y
Serafines,
Arcángeles y querubines
Dicen Santo, Santo, Santo.
F.
ACTOS DE FE, ESPERANZA Y CARIDAD
“Dios mío, creo firmemente cuanto tú, verdad infalible, has revelado y la
santa Iglesia nos propone para creer. Y expresamente creo en ti, único
verdadero Dios, en tres personas iguales y distintas, Padre, Hijo y Espíritu
Santo; y en tu Hijo, encarnado y muerto por nosotros, Jesucristo, el cual dará
a cada uno, según sus méritos, el premio o la pena eterna. Conforme a esta fe
quiero vivir siempre. Señor, aumenta mi fe.
Dios mío, espero de tu bondad, por tus promesas y por los méritos de
Jesucristo, nuestro Salvador, la vida eterna y las gracias necesarias para
merecerla con las buenas obras que debo y quiero hacer. Señor, no quede yo
confundido eternamente.
Dios mío, te amo con todo mi corazón, sobre todas las cosas, a ti, bien
infinito y mi eterna felicidad; y por amor tuyo amo a mi prójimo como a mí
mismo y perdono las ofensas recibidas. Señor, haz que yo te ame cada día más.”
PADRE NUESTRO
AVE MARÍA
GLORIA AL PADRE, al Hijo y al Espíritu Santo,
R/: como era en el principio, ahora y siempre por los
siglos de los siglos, amén.
Oremos: Dios,
Padre todopoderoso, que has enviado al mundo la Palabra de la verdad y el
Espíritu de la santificación para revelar a los hombres tu admirable misterio,
concédenos profesar la fe verdadera, conocer la gloria de la eterna Trinidad y
adorar su Unidad todopoderosa. Por nuestro Señor Jesucristo tu Hijo, que vive y
reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los
siglos. AMÉN.
G. ORACIÓN
UNIVERSAL
Si el momento lo amerita, quienes participan de la novena en grupo o en
familia pueden hacer, en voz alta, sus peticiones al Señor.
H.
ORACIÓN FINAL
“Creo en
Ti, Dios Padre, Creo en Ti, Dios Hijo,
Creo en Ti, Dios Espíritu Santo,
pero aumentad mi fe.
Espero en Ti, Dios Padre, Espero en Ti, Dios Hijo,
Espero en Ti Dios Espíritu Santo,
pero aumentad mi esperanza.
Creo en Ti, Dios Espíritu Santo,
pero aumentad mi fe.
Espero en Ti, Dios Padre, Espero en Ti, Dios Hijo,
Espero en Ti Dios Espíritu Santo,
pero aumentad mi esperanza.
Te amo
Dios Padre,
Te amo Dios Hijo, mi Señor Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Te amo Dios Espíritu Santo,
pero aumentad mi amor.
Te amo Dios Hijo, mi Señor Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Te amo Dios Espíritu Santo,
pero aumentad mi amor.
Padre
omnipotente, ayuda mi fragilidad y ayúdame a crecer en Ti.
Sabiduría del Hijo, endereza todos mis pensamientos, palabras y obras de este día.
Amor del Espíritu Santo, sé el principio de todas las obras de mi vida, para que sean siempre conformes con la Voluntad del Padre.
A Ti, Padre Creador, A Ti, Hijo Salvador, A Ti, Espíritu de Santidad,
Un solo Dios en Trinidad de Personas,
De todo corazón te confieso, te bendigo y te alabo.
A Ti, Trinidad Santísima se te dé siempre, todo honor,
gloria y alabanza por toda la eternidad.
Sabiduría del Hijo, endereza todos mis pensamientos, palabras y obras de este día.
Amor del Espíritu Santo, sé el principio de todas las obras de mi vida, para que sean siempre conformes con la Voluntad del Padre.
A Ti, Padre Creador, A Ti, Hijo Salvador, A Ti, Espíritu de Santidad,
Un solo Dios en Trinidad de Personas,
De todo corazón te confieso, te bendigo y te alabo.
A Ti, Trinidad Santísima se te dé siempre, todo honor,
gloria y alabanza por toda la eternidad.
Gloria al
Padre, Gloria al Hijo, Gloria al Espíritu Santo,
Gloria a la Santísima e indivisa Trinidad,
como era en el principio, ahora y siempre,
por todos los siglos de los siglos. Amén”
Gloria a la Santísima e indivisa Trinidad,
como era en el principio, ahora y siempre,
por todos los siglos de los siglos. Amén”
PRIMER DÍA: DIOS UNO Y ÚNICO
LECTURA
DEL LIBRO DEL PROFETA ISAÍAS 45, 6b-8.18.21-25
Yo
soy el Señor y no hay otro: artífice de la luz, creador de las tinieblas, autor
de la paz, creador de la desgracia; yo, el Señor, hago todo esto. Cielos,
destilen el rocío; nubes, derramen la victoria; ábrase la tierra y brote la
salvación, y con ella germine la justicia: yo, el Señor, lo he creado. Así dice
el Señor, creador del cielo –Él es Dios-, el que modeló la tierra, la fabricó y
la afianzó; no la creó vacía, sino que la formó habitable: Yo soy el Señor y no
hay otro. ¿Quién anunció esto desde antiguo, quién lo predijo desde entonces?
No hay otro Dios fuera de mí. Yo soy un Dios justo y salvador, y no hay ninguno
más. Vengan a mí para ser salvados, confines de la tierra, porque yo soy Dios y
no hay otro. Lo juro por mi Nombre, de mi boca sale una sentencia, una palabra
irrevocable: Ante mí se doblará toda rodilla, por mí jurará toda lengua. Dirán:
Sólo el Señor tiene la justicia y el poder. A Él vendrán derrotados los que se
enfurecían contra Él, porque el Señor triunfará y se gloriará la estirpe de
Israel.
R/:
Te alabamos, Señor.
REFLEXIÓN:
SEGUNDO DÍA: DIOS ES AMOR
LECTURA
DE LA PRIMERA CARTA DE SAN JUAN 4, 7-10
Queridos
hermanos, amémonos unos a otros, porque el amor viene de Dios; todo el que ama
es hijo de Dios y conoce a Dios. Quien no ama no ha conocido a Dios, ya que
Dios es amor. Dios ha demostrado el amor que nos tiene enviando al mundo a su
Hijo único para que vivamos gracias a Él. En esto consiste el amor: no en que
nosotros hayamos amado a Dios, sino en que Él nos amó y nos envió a su Hijo
para que, ofreciéndose en sacrificio, nuestros pecados quedaran perdonados.
R/:
Te alabamos, Señor.
REFLEXIÓN:
Este
corto texto tomado de la primera carta de San Juan nos exhorta a vivir en el
amor, como verdaderos hermanos, puesto que todo viene de Dios. Juan toma como
ejemplo al Padre Dios que dona, por amor a nosotros, la vida de su Hijo
Jesucristo. Dios ama en nosotros, perdona en nosotros y ora en nosotros, porque
es amor que se dona con total gratuidad. El mundo, por su parte, está inmerso
en el mal y en el odio; Dios, en cambio, obra por amor. Este amor del Padre se
ha manifestado en la encarnación y aun así nos sentimos pobres e incapaces de
reconocer el amor de Dios, autor de la vida (Romanos 3, 25; 2 Corintios 5, 21).
Ahora el cristiano es una persona que ama a su hermano, y a su hermano en
familia. El cristiano es administrador corresponsable del mundo, no es el dueño
absoluto de la obra de Dios, pero el cristiano sí está llamado a ver la mano de
Dios en la obra del mundo a través de lo que consciente o inconscientemente
hace por él.
TERCER DÍA: SABIDURÍA DE DIOS
LECTURA
DEL LIBRO DE LA SABIDURÍA 1, 1-7
Amen
la justicia, ustedes, los que gobiernan la tierra; tengan rectos pensamientos
sobre el Señor y búsquenlo con sencillez de corazón. Lo encuentran los que no
exigen pruebas y se revela a los que no desconfían. Los razonamientos retorcidos alejan de Dios, y su poder, cuando es puesto
a prueba, confunde a los necios. La sabiduría no entra en un alma perversa ni
vive en un cuerpo entregado al pecado. El Santo Espíritu que nos instruye huye
del engaño, se aparta de los razonamientos sin sentido y se aleja cuando está
presente la injusticia. La Sabiduría es espíritu amigo de los hombres que no
deja sin castigo las palabras del blasfemo; Dios es testigo de sus
sentimientos, vigila puntualmente su corazón y escucha lo que dice su lengua.
Porque el Espíritu del Señor llena la tierra y el que todo lo contiene conoce
cada voz.
Palabra
de Dios.
R/:
Te alabamos, Señor.
REFLEXIÓN:
En
este hermoso texto la sabiduría está presentada como un don de Dios y, además,
como un atributo que personifica a Dios mismo. Como don de Dios requiere, de
quien decide recibirla:
1.
amor
por la justicia (Deuteronomio 16, 18.20), como aceptación de la voluntad de
Dios (Proverbios 11, 4ss);
2.
acercarse
a Dios y entrar en comunión con Él (Deuteronomio 4, 29; Oseas 5, 15);
3.
tener
confianza total en Dios (Génesis 15, 6; Isaías 7, 9)
Dios
rechaza la tortuosidad del impío (Deuteronomio 32, 5; Proverbios 4, 24) y no
concede la sabiduría a quien está inmerso en el pecado (Proverbios 8, 13). Como
atributo divino la Sabiduría está dada por el Espíritu Santo (Salmo 50, 15;
Isaías 63, 10s), es maestra de conducta moral en el hombre que ama y, según el
caso, castiga. Según San Pablo en su carta a los Colosenses 1, 17, la Sabiduría
da armonía y unidad a cada cosa.
La
profunda belleza de la Sabiduría se manifiesta en una persona concreta que ama
y se deja amar, comenzando por Cristo y por María. “El que me ama será amado
por mi Padre, y yo lo amaré y me manifestaré a él” (Juan 14, 21). La Sabiduría
es el único Maestro que no envejece; por eso urge buscarla, escucharla y
dejarla actuar en nosotros.
Cada
día podemos orar con total confianza diciendo: “Señor, dame tu Sabiduría para
que guíe mis pasos hacia Ti.”
CUARTO DÍA: BONDAD Y TERNURA DE DIOS.
LECTURA
DEL EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 7, 7-12
En
aquel tiempo dijo Jesús: Pidan y se les dará, busquen y encontrarán, llamen y
se les abrirá, porque quien pide recibe, quien busca encuentra, a quien llama
se le abrirá. ¿Quién de ustedes si su hijo le pide pan, le da una piedra? ¿O si
le pide pescado, le da una culebra? Pues si ustedes, que son malos, saben dar
cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más dará el Padre de cielo cosas buenas a los
que se las pidan! Traten a los demás como quieren que los demás los traten. En
esto consiste la Ley y los Profetas.
Palabra
del Señor.
R/:
Gloria a Ti, Señor Jesús.
REFLEXIÓN:
Hermosísimo
este texto de Mateo que nos muestra la
necesidad de la oración de petición: basta querer y pedir si se quiere recibir.
El valor de esta oración está en quien tiene necesidad y abre su corazón con
total confianza al Señor. Quien necesita no se resigna a hacer menos de lo que
realmente requiere. Quien golpea a la puerta siente el calor que la casa ofrece
a las personas que la habitan. Llamar al corazón de Jesús da eficacia a la
oración puesto que él hace una promesa incondicional: que cada oración será escuchada.
Así
es la bondad del Señor: siempre tiene los oídos abiertos y el corazón dispuesto
para quien con Fe se le acerca en la oración. Está claro que no todo aquello
que pedimos se nos concederá: si pedimos algo inútil o dañino, no se nos concederá;
el Padre siempre concede “cosas buenas” en la medida en que Él ve que realmente
nos conviene. La bondad del Padre es una invitación al hijo a ser bueno, a
buscar lo bueno y a hacer el bien a sus semejantes: “Traten a los demás como
quieren que los demás los traten” (regla de oro); esto cierra la primera parte
del discurso y enseguida el Señor nos recuerda que “en esto consiste la Ley y
los Profetas.”
Si
realmente creemos que Dios es Padre, sabemos que Él escucha siempre y que todo
lo que venga de Él constituye un bien para nosotros, porque Dios es bueno. Es
poco a poco, orando con insistencia, sin poner condicionamientos, permitiendo
que “se haga su voluntad” en nosotros como
vamos entrando en contacto con Dios y permitiendo que Él acontezca en nuestra
vida.
LECTURA
DE LA CARTA A LOS HEBREOS 11, 1-7
La
fe es la garantía de lo que se espera, la prueba de lo que no se ve. Por ella
nuestros antepasados fueron considerados dignos de aprobación. Por la fe
comprendemos que el mundo fue formado por la Palabra de Dios, lo visible a
partir de lo invisible. Por la fe Abel ofreció a Dios un sacrificio mejor que
el de Caín, por ella lo declararon justo y Dios aprobó sus dones; por ella,
aunque muerto, sigue hablando. Por la fe Enoc fue trasladado sin pasar por la
muerte, y no lo encontraron porque Dios se lo había llevado; y recibió
testimonio que antes de su traslado había agradado a Dios. Sin fe es imposible
agradarle. Quien se acerca a Dios ha de creer que existe y que recompensa a los
que lo buscan. Por la fe recibió Noé aviso de lo que aún no se veía, y cauteloso
construyó un arca para que se salvase su familia. La fe de Noé condenó al mundo
y él alcanzó la justicia que da la fe.
Palabra
de Dios.
R/:
Te alabamos, Señor.
Cuando
leemos los primeros once capítulos del Génesis encontramos dos líneas
diferentes de vida: la historia humana lejos de Dios y la historia humana con
Dios. Y ahora, cuando leemos la carta a los Hebreos encontramos que el autor en
pocas líneas resume la segunda línea: una historia con Dios y fundada en la Fe.
Ésta nos lleva a ver la fe como “la garantía de lo que se espera y la prueba de
lo que no se ve”, dando así una seguridad a nuestra tensión hacia lo invisible
y lo futuro.
Como
los grandes personajes del Génesis nombrados por el autor de esta carta,
también nosotros somos llamados a ver, desde la fe, la presencia y la acción
salvadora de Dios en nuestra vida. Así
nos exhorta a hacerlo el Concilia Vaticano II:
“El
pueblo de Dios, movido por la fe, que le impulsa a creer que quien conduce es
el Espíritu del Señor, que llena el universo, procura discernir en los
acontecimientos, exigencias y deseos, de los cuales participa juntamente con
sus contemporáneos, los signos verdaderos de la presencia o de los planes de
Dios. La fe todo lo ilumina con nueva luz y manifiesta el plan divino sobre la
entera vocación del hombre. Por ello orienta la mente hacia soluciones
plenamente humanas. El Concilio se propone, ante todo, juzgar bajo esta luz los valores que hoy
disfrutan de máxima consideración y enlazarlos de nuevo con su fuente divina.
Estos valores por proceder de la inteligencia que Dios ha dado al hombre,
poseen una bondad extraordinaria; pero, a causa de la corrupción del corazón
humano, sufren con frecuencia desviaciones contrarias a su debida ordenación.
Por ello necesitan purificación.
¿Qué
piensa del hombre la Iglesia? ¿Qué criterios fundamentales deben recomendar
para levantar el edificio de la sociedad actual? ¿Qué sentido último tiene la
acción humana en el universo? He aquí las preguntas que aguardan respuesta.
Esta hará ver con claridad que el Pueblo de Dios y la humanidad, de la que
aquél forma parte, se prestan mutuo servicio, lo cual demuestra que la misión
de la Iglesia es religiosa y, por lo mismo, plenamente humana.”
SEXTO DÍA: FAMILIA DE DIOS
LECTURA DEL SANTO
EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 12,
46-50
Todavía
estaba hablando a la multitud, cuando se presentaron su madre y sus hermanos,
que estaban afuera, deseosos de hablar con él. Uno le dijo: Mira, tu madre y
tus hermanos están fuera y desean hablar contigo. Él contestó al que le decía:
¿Quién es mi madre? ¿Quiénes son mis hermanos? Y señalando con la mano a sus
discípulos dijo: ¡Ahí están mi madre y mis hermanos! Cualquiera que haga la
voluntad de mi Padre del cielo, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre.
R/:
Gloria a Ti, Señor Jesús.
REFLEXIÓN:
Jesús
no pone en cuestión la grandeza y la bondad de la familia humana, pero sí pone
las bases de una profunda intimidad con Él: hacer la voluntad del Padre. En el
interior de las relaciones humanas se instaura una nueva parentela espiritual
que une con Cristo y con el Padre: es la consonancia con la voluntad del Padre.
De él ha venido la vida, de Él procede todo bien. Aquí María es alabada; ella
ha aceptado a plenitud la iniciativa del Padre Dios.
SEPTIMO DÍA: REPOSO DINÁMICO DE DIOS.
LECTURA
DE LA CARTA A LOS HEBREOS 4, 1-5.11
Mientras
se mantiene en pie la promesa de entrar en el descanso de Dios, debemos tener
cuidado, para que ninguno de ustedes quede excluido; porque también a nosotros,
como a ellos nos anunciaron la Buena Noticia. Pero el mensaje que ellos oyeron
no les valió porque no se unieron por la fe con aquellos que la aceptaron. Nosotros,
en cambio, los que hemos creído, entraremos en ese descanso, como queda dicho:
Juré airado que no entrarán en mi descanso. Las obras de Dios, por cierto,
concluyeron con la creación del mundo, como se dice en un texto sobre el
séptimo día: El séptimo día descansó Dios de todas sus tareas, y en este otro:
no entrarán en mi descanso. Por tanto, esforcémonos por entrar en aquel
descanso, para que ninguno caiga imitando aquel ejemplo de rebeldía.
Palabra
de Dios.
R/:
Te alabamos, Señor.
REFLEXIÓN:
En
el versículo 9 de este mismo capítulo de la carta a los Hebreos el autor habla
de un “descanso sabático para el pueblo de Dios,” el que conviene no mirar
negativamente, sino positivamente, como San Pablo en su carta a los Filipenses
2, 12: “Queridos míos sean obedientes como siempre: no sólo en presencia mía,
sino más bien en mi ausencia, trabajando con temor y temblor en su salvación,”
mediante la adhesión a la fe y en la puesta en práctica de la Palabra de Dios.
Se
puede escuchar la Palabra de Dios que anuncia la Buena Noticia y lleva a la
salvación. Este texto de los Hebreos da las razones: La Palabra de Dios
escuchada y vivida lleva a la unidad de la gracia y de la fe con aquel a quien
escuchamos. La fe, en efecto, lleva a la comunión.
De
nuevo aquí se presenta la acción de Dios que quiere salvar y la necesaria
colaboración del hombre para su misma salvación. Para esto se hace necesario
permanecer en la fe y entrar en el
reposo de Dios, aceptar ver las cosas como Él las ve, juzgar como Él juzga,
actuar como Él actúa. Porque el “reposo de Dios” es esencialmente dinámico.
Dios “obra siempre”, siempre está actuando, creando, amando… “mi Padre trabaja
siempre y yo también trabajo” (Juan 5, 17). En este sentido el “reposo de Dios”
al que estamos invitados a entrar se refiere a la Iglesia siempre dinámica en
la misión y a la continua búsqueda de Dios, quien permanece activo como Dios
Padre Creador, Dios Hijo, Salvador y Dios Espíritu Santo, santificador. Un poco
como el obrero de nuestra civilización industrializada, que siente la necesidad
de un espacio de tiempo en el que pueda ocuparse de aquellas cosas que le gustan
en la tranquilidad de su casa y al calor de su familia a pesar del cansancio,
que semana tras semana, le deja el trajín de la fábrica.
OCTAVO DÍA: DIOS SE MANIFIESTA EN JESUCRISTO
LECTURA
DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN 14, 21-26
R/:
Gloria a Ti, Señor Jesús.
REFLEXIÓN:
NOVENO DÍA: DIOS AMA LOCAMENTE
LECTURA DE LA PRIMERA
CARTA DE SAN PABLO A LOS CORINTIOS 1, 26-31
Miren,
hermanos, quiénes han sido llamados: entre ustedes no hay muchos sabios
humanamente hablando, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; por el contrario,
Dios ha elegido a los locos del mundo para humillar a los sabios, Dios ha
elegido a los débiles del mundo para humillar a los fuertes, Dios ha elegido a
gente sin importancia, a los despreciados del mundo y a los que no valen nada,
para anular a los que valen algo. Y así nadie podrá gloriarse frente a Dios.
Gracias a Él ustedes son de Cristo Jesús, que se ha convertido para ustedes en
sabiduría de Dios y justicia, en consagración y redención. Así se cumple lo
escrito: El que se gloría que se gloríe en el Señor.
Palabra
de Dios
R/:
Te alabamos, Señor.
REFLEXIÓN:
Este
texto de la primera carta a los Corintios hace referencia clara a una
experiencia vivida por la comunidad cristiana de Corinto. Esto le sirve a San
Pablo para poner un ejemplo claro y concreto de la sabiduría divina, totalmente
diferente a la sabiduría del mundo. La vocación cristiana es dada a personas
privadas de muchas posibilidades y medios para moverse en el mundo; sí, ante
los ojos del mundo los cristianos son un ejemplo de debilidad y estupidez, pero
“los pensamientos de Dios no son los pensamientos del mundo.” Dios mira
directamente al corazón; el mundo se queda en las cosas vanas, pasajeras y
exteriores. Así llama Dios a la Fe, llama a los que Él quiere, a los débiles
del mundo, a los despreciados, a los últimos… a los humildes y sencillos de
corazón.
La
llamada del cristiano a la Fe no pertenece a la categoría de la inteligencia
humana, sí a la gratuidad del “amor loco” de Dios. Ante Dios no cuenta ni el
privilegio de la cultura, ni del prestigio,
ni del éxito científico, político o económico; para Dios sólo cuenta la
transparencia interior y humilde del espíritu. El cristiano cree que Cristo
resurge en cada situación de debilidad, y que viviendo en el amor con Cristo,
quien ama hasta el extremo, se transforma, se humaniza y se cristifica el mundo.
El cristiano no tiene otra misión distinta a la de dar la propia vida, desprenderse de ella gota a gota, día a día reconociendo que Cristo, Dios con nosotros, es el centro de la vida y que, fuera de su amor, no se puede vivir y todo carece de valor. De frente a la intransigencia de aquellos que reducen la fe a la mediación socio – política, Pablo reconoce en la disponibilidad interior de fe y esperanza en el “amor loco de Dios” la presencia activa y salvadora de Cristo Resucitado. Hoy, como ayer, para cada una de nuestras comunidades diocesanas o parroquiales, nada es más grave que perder el amor de Cristo y la posibilidad de amar como Cristo nos ama.
"A LA MAYOR GLORIA DE DIOS."
BIBLIOGRAFÍA:
LITURGIA DE LAS HORAS, T.III, editorial Él, S.A. de C.V. 1980
MESSALE DELL’ASSEMBLEA CRISTIANA, Centro Catechistico Salesiano, Editori
Elle Di Ci, ristampa settembre 1980NUEVO CATECISMO PARA ADULTOS, Versión íntegra del catecismo Holandés, Barcelona, Editorial Herder, 1969, pág. 477ss
SCHÖKEL, LUIS ALFONSO, LA BIBLIA DE NUESTRO PUEBLO, Biblia del Peregrino, América Latina, 2011
VATICANO II, DOCUMENTOS, BAC, Madrid, 1968
Me gusta mucho esta novena, realizando estas oraciónes podemos conecer mas sobre la santisima trinida y expresar de verdad una gran devocion, me siento muy bendecida.
ResponderEliminarEstuve buscando una novena que sea mas o menos completa con textos biblico de reflexión y ésta es. Gracias por dejarla en internet. Bendiciones.
ResponderEliminarUna novena mui hermosa
ResponderEliminar